Jesús atraía a sus seguidores principalmente porque sus enseñanzas tenían tanto sentido y verdad. Él era, entre otras cosas, el hombre más inteligente que ellos jamás habían conocido. Lo que enseñó concordaba con Su propia vida y testimonio. Ellos nunca vieron a nadie vivir como Él, ni siquiera tenían idea de que esa vida era una posibilidad, si seguían sus enseñanzas. Él les dijo que si confiaban en Él, si ponían sus vidas en sus manos, un día ellos también serían capaces de tener esa clase de vida.
Los discípulos y las personas que le seguían, descubrieron que podían confiar en Él como su maestro. Así que si queremos experimentar por completo el amor de Jesús, debemos recibir una de las mayores herencias que Él nos dejó: SU ENSEÑANZA.
Debemos invitar a Jesús a ser el maestro personal de nuestra vida, debemos confiar en que Él tiene razón, en todo; y que por lo tanto, en lo que no estemos de acuerdo con Él, debemos, o estar equivocados o no hemos entendido lo que está diciéndonos. Debemos permitir que Jesús nos enseñe a vivir esa vida abundante.
LA IMPORTANCIA DE SUS ENSEÑANZAS
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.” Mateo 7:24
El mismo Jesús dijo una historia acerca de la importancia fundamental de Su enseñanza. Es una de las historias más famosa que habla acerca de la construcción. Involucra a dos hombres que fabrican casas, pero uno la fabrica sobre la arena y el otro sobre la roca.
Veamos algunas cosas que tenían en común:
1.- Los personajes principales son constructores, cada uno de ellos construye una casa.
2.- Los dos colocaron su cimentación, pero decidieron poner sus casas en lugares muy
diferentes.
3.-Cada casa enfrenta pruebas: lluvias, ríos y vientos. Si la casa se construyó sabiamente,
permanece; si se construyó sin sabiduría, entonces caerá.
Jesús está tratando de dar un énfasis a la importancia de sus enseñanzas, está retando a la gente que lo está escuchando a poner por obra lo que les estaba enseñando. Notemos las palabras claves: “...que me oye estas palabras...”, y también “...y las hace...”, entonces Jesús sigue diciendo que lo compara con un hombre prudente que puso su casa sobre la roca. ¿Hemos encontrado en la Biblia alguna enseñanza difícil de llevar a cabo? ¿Dónde estamos poniendo el cimiento de nuestra vida?
CADA UNO DE NOSOTROS FABRICA UNA CASA
No es opcional: Todos estamos fabricando una casa. Para entender mejor esto, podríamos reemplazar la palabra “casa” con “vida”. Todos estamos construyendo una vida. Lo hacemos sobre todo, con las decisiones que tomamos diariamente.
Cada compromiso que hacemos, cada amistad que establecemos, cada habilidad que cultivamos o abandonamos, cada promesa que cumplimos o rompemos, se convierte en una parte de nuestra casa.
Es importante recordar que se trata de nuestra vida. La calidad de las decisiones que tomemos determinará la calidad de nuestro carácter, de nuestra alma. Debemos de tener cuidado de no poner nuestra vida en la arena. Las dos casas recibieron pruebas, pero sólo una prevaleció. ¿Cómo está nuestra vida? ¿Está prevaleciendo o cualquier tormenta nos derriba?
CADA PERSONA ENFRENTA LA TORMENTA
Jesús es muy claro acerca de esta parte de la historia. Su descripción de las tormentas que pasaron los dos hombres es idéntica, palabra por palabra: “Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa...” (Mateo 7:25).
Jesús quiere dejar algo claro: esta no es una historia de cómo evitar las tormentas y los problemas. Esta es una historia de cómo permanecer y pasar a través de las tormentas de la vida. La historia nos lleva a inclinarnos por la casa que no cayó, pero la diferencia estaba en el fundamento... “SOBRE LA ROCA”. Aunque no nos guste, las tormentas vendrán, los ríos vendrán, los vientos fuertes vendrán, pero Jesús nos da la salida: “ESCUCHEN MIS ENSEÑANZAS Y PÓNGANLAS POR OBRA”, entonces nuestra vida prevalecerá.
Es así como las enseñanzas de Jesús nos llevan a estar firmes en la prueba. Las enseñanzas del Maestro nos mantendrán enfocados en los principios del Reino de Dios. Cuidado cuando empezamos a enfocarnos solamente en sentimientos, emociones o pensamientos fugaces, estos pondrán nuestra vida sobre la arena y estaremos expuestos a cualquier tipo de tormenta. Seamos prudentes y pongamos nuestra vida sobre la roca.
LAS TORMENTAS PRUEBAN LA CASA
Es en medio de la tormenta que se revela la solidez de la casa. Un fundamento no es nada hermoso, nadie visita una casa y dice: “Qué fundamento tan hermoso”. Nadie sabe lo bien que está hecho hasta que viene la tormenta.
Debemos prepararnos, un día nuestras vidas pasarán por el trono de Dios. Cada columna y cada pared, cada palabra y cada hecho enfrentarán un examen minucioso. Un día se revelará la verdad acerca de nuestras casas.
Cada decisión importante que yo tomo va a repercutir directamente al edificio de mi casa, de mi vida, así que no puedo pasar por alto las enseñanzas de Jesús. Algunos viven la vida como si nada pasara, quebrantando los principios de las enseñanzas de Jesús, y todavía pretenden que les vaya bien en la vida. Hacer esto es navegar en contra de la corriente.
Es tiempo de hacer un alto y un examen personal en nuestra vida. ¿Estoy mintiendo? ¿Tengo orgullo o soberbia? ¿Manipulo a los demás? ¿El odio me gobierna? ¿Tengo deseos de venganza?
MOMENTO CRUCIAL: ¿CUÁL SERÁ MI FUNDAMENTO?
Si le preguntáramos al hombre en la historia de Jesús: “Hombre necio: ¿Por qué fabricaste sobre la arena?” ¿Qué creemos que respondería?: “Bueno, no lo sé, sucedió así de repente, en ese momento me pareció buena idea, todo mundo lo hace, no tiene nada de malo...etc.”
La vida es así, nadie se sienta y planea tener una vida mediocre. Ninguna pareja se compromete con el fin de un día divorciarse. Nadie alimenta el resentimiento con la esperanza de ser una persona amargada y deprimida. Nadie se sienta y planea que su vida vaya al infierno.
Pero Jesús nos amó tanto y por eso vino como Maestro. Vino a ofrecer un fundamento seguro a los constructores de su propia vida, un lugar seguro donde guardar nuestro futuro, nuestra familia, nuestra vida. Vino a enseñarnos cómo vivir, y dice que la oportunidad más grande que jamás tendremos es basar nuestra vida en lo que Él dijo acerca de Dios y de Su Reino.
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