AllaNad

Preparando el camino.

NO TE RINDAS.

1ª de Tesalonicenses 5:17 dice: “Orad sin cesar”. Es un breve y dulce recordatorio de que necesitamos darle nuestras preocupaciones y cargas a Dios todos los días. Necesitamos alabarlo y darle gracias continuamente. Necesitamos estar en constante comunicación con Él.

Hay dos maneras de entender este versículo: (Las dos son muy correctas)
1.- Una forma de “orar sin cesar” es hacer que nuestra vida de oración se fortalezca y crezca todo el tiempo. Podemos hacer esto, en parte, al designar un momento específico cada día para acudir a Dios en oración con nuestras alabanzas y nuestras peticiones. Necesitamos ser diligentes en llevar una vida de oración regular y vibrante con nuestro glorioso Creador.

2.- Una segunda manera de entender la oración “sin cesar” es verla como un estado constante, momento a momento, de comunicación viva con Dios. Jesús les dijo una parábola a sus discípulos para ilustrarles cómo orar siempre y no desmayar. El pasaje se encuentra en Lucas 18:2-8
“¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Lucas 18:7

Jesús quiere que oremos. Quiere que vengamos a Él de continuo. A través de esta parábola nos invita a traerle nuestras ansiedades, nuestras preocupaciones, nuestras cargas y las injusticias que sufrimos. A diferencia del juez de la parábola, Dios es justo y amoroso, y nos está esperando con los brazos abiertos y con los oídos dispuestos a escucharnos. Él está delante de nosotros diciéndonos: “Vengan a mí, denme sus cargas y encontrarán descanso para su alma”.

EL PRINCIPIO DE PEDIR

Qué tan dispuestos estemos a pedir algo muchas veces, depende de la persona a la que se lo estemos pidiendo. Jesús enseñó en el Sermón del Monte el principio de pedir, y se encuentra en Mateo 7:7-11
“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.” Mateo 7:7-8

La generosidad humana tiene cierto límite. Pero los recursos de Dios y Su poder no tienen límite. Él puede darnos más abundantemente de lo que pedimos o entendemos. ¿Qué sucedería en nuestra vida si en verdad aplicáramos el principio de pedir?, si siempre recordáramos pedir, buscar y llamar a la puerta? En este pasaje, las palabras buscar, pedir y llamar son acciones continuas. Una vez más Jesús nos habla de la oración persistente. ¿Cuán grandes cosas sucederían si oráramos con consistencia y sin cesar a nuestro Dios amoroso quien es completamente ilimitado?

El punto de la oración constante no es ver lo que podemos sacarle a Dios, sino fortalecer nuestra relación con Él. Finalmente, pedir es una acción continua por medio de la cual nos acercamos más a Dios, buscando sus caminos e incrementando nuestra fe.






LOS TRES ASPECTOS DEL PRINCIPIO DE PEDIR:

1.- Pedid, y se os dará:
La palabra que se utiliza en este versículo para pedir, significa una petición de una persona menor a una persona mayor. Encontramos la misma palabra en Efesios 3:20 “Y Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros”. De nuevo encontramos la palabra pedir en Colosenses 1:9 “Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual.”
Siempre necesitamos revisar nuestros motivos cuando le pedimos algo a Dios. ¿Estamos haciendo nuestra petición para tener una ganancia egoísta?. Esta puede ser una razón por la que no recibimos.
Si nuestros motivos están bien y tenemos una relación con Dios viva y creciente, tendremos confianza siempre que acudimos a Él con una petición. En 1ª Juan 3:21-22 leemos: “Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquier cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.”
Pedir al Señor es un acto de fe, y Él nos anima a hacerlo. ¿Así que por qué a veces titubeamos en llevar nuestras peticiones a Él? Jesús nos invita a que le pidamos. ¿No será que no nos tomamos el tiempo de pedir porque vivimos demasiado ocupados?

2.- Buscad, y hallaréis:
La palabra buscar es un poco distinta a pedir. Significa desear, esforzarse o investigar acerca de algo. Podemos obtener una mejor comprensión de esta palabra cuando vemos la manera en que se utiliza en otras partes de la Biblia. Por ejemplo: Mateo 6:33 nos dice: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Nuestra búsqueda debe de estar enfocada en cosas eternas. Si pasamos toda nuestra vida buscando riquezas terrenales, fama y reconocimiento de los demás; todo lo que obtengamos será temporal; pronto se desvanecerá. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Estamos corriendo la carrera de la vida para obtener una recompensa temporal o una recompensa eterna?
¿Qué significa buscar las cosas eternas? En realidad, hay pocas cosas que son verdaderamente eternas: Dios, su Palabra y las almas de los seres humanos. Es cierto que debemos ganarnos la vida y vivir en este mundo y ser administradores de lo que Dios nos ha dado; pero nuestra verdadera recompensa viene de invertir en aquello que no se va a desvanecer. Invertir en la gente, acercarnos a Dios, vivir de acuerdo con su Palabra, y hablar de ella a otros, son actividades que valen la pena buscar.
¿Qué estamos buscando? ¿A qué le dedicamos el corazón, la mente, nuestra alma y nuestras fuerzas? Reflexionemos en lo que realmente buscamos o procuramos en la vida. Es posible que necesitemos reajustar nuestra brújula. Busquemos con sabiduría....porque muy seguramente encontraremos lo que estemos buscando.

3.- Llamad, y se os abrirá:
En el libro de Lucas encontramos otra versión de la forma en que Jesús presentó el principio de pedir. Va precedido de una parábola acerca de un vecino que toca la puerta de su amigo:
“Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite.” Lucas 11:8
Esta historia realmente se trata acerca de nosotros llamando a la puerta del cielo. La palabra llamar representa la solicitud de la provisión de Dios para nuestras necesidades. El Señor escucha nuestros ruegos, Él conoce nuestras necesidades y con gusto recibe nuestras peticiones.

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