Ser santos no es ser perfectos. Es dejar que Él, que es Santo, esté en nosotros. No podemos ser santos por nosotros mismos, pero podemos tomar decisiones que permitan que la pureza y la santidad se manifiesten en nosotros.
Podemos separarnos de lo que diluye la santidad de Dios en nosotros y morir a toda clase de impureza. Y somos capaces de hacer esto porque “...los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos...” (Gálatas 5:24) No somos esclavos de nuestra carne. Somos capaces de tener vidas consagradas al Señor.
Tal vez escuchemos decir a la gente: “No puedo explicar con exactitud lo que es el pecado, pero lo reconozco cuando lo veo”. Es lo mismo con la pureza y la santidad. Tal vez no seamos capaces de describir en detalles qué es la santidad, pero la podemos reconocer cuando la vemos en alguien. Veamos siete descripciones de lo que es santidad y cómo saber cuando no las observamos en nosotros.
SIETE BUENAS MANERAS DE VIVIR EN SANTIDAD
1.- Santidad significa separarte del mundo.
Esto no quiere decir que nos dirijamos a las montañas, nos aislemos y no volvamos a hablar con alguien no creyente. Significa que tu corazón se desprenda del sistema de los valores del mundo. Debemos de valorar las cosas que Dios valora por encima de todo lo demás. Las consecuencias de no hacerlo son serias. “...¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?, cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”. (Santiago 4:4)
Pidámosle a Dios ayuda para separarnos de las cosas del mundo, y aprender a amarlo a Él más de lo que amamos a este mundo.
2.- Santidad significa purificación.
Purificarnos no significa ponernos una túnica blanca por encima de todo lo que no es puro. Es pedirle a Dios, quien es puro, que purifique nuestro corazón. La falta de santidad aparece allí primero. Purificarnos, es hacer un inventario de nuestras vidas, pensamientos, acciones, asociaciones y tratos comerciales, y limpiarnos de cualquier cosa que nos contamine. “Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.” (1ª Juan 3:3)
Cuando Dios dice: “Santos seréis” (Levítico 19:2), las órdenes que da después, tienen que ver con no robar, no mentir, no cometer fraude, no difamar a las personas, no a la venganza, etc. Esto significa que debemos dar pasos específicos a fin de que procuremos no vivir un estilo de vida impuro. “Como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (1ª Pedro 1:15-16)
3.- Santidad significa vivir en el Espíritu y no en la carne.
Nuestros pensamientos carnales nos descalificarán tanto como nuestras acciones. ¿Estamos celosos de alguna persona? ¿Tenemos conflictos constantemente? ¿Existen áreas no arregladas en nuestra vida? Si la respuesta es sí, estamos viviendo con la corriente de este mundo. “Los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.” (Romanos 8:5-8)
Cuando miramos con sinceridad el fruto de nuestra vida, podemos ver por lo que estamos cosechando, si hemos sembrado para la carne o para el Espíritu. “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”. (Gálatas 6:7-8)
4.- Santidad significa estar limpios de inmoralidad sexual.
La mayor mentira que nuestra sociedad está aceptando ciegamente es que el pecado sexual no es malo. Debe entristecer al Espíritu ver cómo hay personas que subestiman todo lo que Dios tiene para ellas porque se dejaron engañar por esta mentira.
“Hay generación limpia en su propia opinión, si bien no se ha limpiado de su inmundicia.” (Proverbios 30:12). Santidad significa no caer presos de modas, ni tendencias de pensamientos o acciones. Pidámosle a Dios que nos mantenga sexualmente puros en nuestra mente, alma y cuerpo.
5.- Santidad significa ser santificados por Jesús.
Una vez que recibimos a Jesús, no podemos continuar viviendo nuestro viejo estilo de vida pecaminoso. Ahora que lo tenemos a Él viviendo en nosotros y al Espíritu Santo llenándonos y transformándonos, no tenemos excusa. “Somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.” (Hebreos 10:10)
Esto no significa que no tenemos que preocuparnos nunca más por el pecado y que podemos hacer lo que queramos porque Él se encargó de eso. Significa que debemos continuar viviendo con Él y pedirle a Dios que nos ayude a vivir en todo lo que Jesús compró en la cruz para nosotros.
6.- Santidad significa caminar cerca de Dios.
Cuando no procuramos caminar cerca de Dios, nos es imposible ver al Señor con claridad. La única manera que podemos estar cerca de Él es, apreciando Su santidad y viviendo en pureza. “¿Quién subirá al monte del Señor? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño”. (Salmos 24:3-4). No hay nada más importante que estar cerca de Dios.
Llega un momento en la vida de todas las personas que, necesitamos con desesperación saber que Dios está cerca, y que oye nuestras oraciones y las va a contestar. Ahora es el tiempo de comenzar a vivir recta, pura y santamente si queremos ver nuestras oraciones contestadas.
7.- Santidad significa dejar que Dios nos guarde.
La santidad no es algo que uno se pone y se quita como una prenda de ropa. La santidad es la voluntad de Dios para nuestra vida, y algo que Dios planeó para nosotros desde el principio. “Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin mancha delante de él”. (Efesios 1:4). Dios estableció un camino para que nosotros vivamos en Santidad. Y Él es capaz de guardarnos santos. Cuando nuestro corazón desea vivir en pureza, y hacer bien las cosas, Dios nos guardará de caer en el pecado.
CONCLUSIÓN:
Sólo por la gracia de Dios podemos vivir en santidad, aun después de que optemos vivir así. Dios quiere saber que Su santidad es lo bastante importante para nosotros como para que la busquemos.
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