AllaNad

Preparando el camino.

NUESTRA LENGUA

¿Cuántos de ustedes quisieran tener más de una boca?

No hay área en nuestra personalidad más directamente relacionada con nuestro bienestar total que la boca y la lengua.

En esta lección queremos ver algunos pasajes de las Escrituras que enfatizan la importancia vital de la boca y la lengua. Primero, consideremos el Salmo 34:11-13

“Venid, hijos, oídme; El temor de Jehová os enseñaré. ¿Quién es el hombre que desea vida, Que desea muchos días para ver el bien? Guarda tu lengua del mal,
Y tus labios de hablar engaño.”

La Palabra de Dios ofrece enseñarnos, como hijos de Dios, el temor del Señor. No hay nada en todas las Escrituras a lo cual se atribuya mayor bendición, fructificación y seguridad que al temor del Señor. Así que, cuando la Escritura ofrece enseñarnos el temor del Señor, está ofreciendo algo de infinito valor. Por lo tanto, el salmista dice aquí que la vida y, muchos días para ver el bien, acompañan al temor del Señor. En las Escrituras, vida en su plenitud y el temor del Señor, siempre están asociados. La medida en que tenemos el temor del Señor es la misma en que disfrutamos de verdadera vida.

Prácticamente hablando, ¿Dónde comienza el temor del Señor? Eso está muy claro. El salmista dice: “Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño”. En otras palabras, la primer área en nuestra vida en la cual el temor del Señor prácticamente se manifestará, es nuestra lengua y nuestros labios. Si podemos guardar nuestra lengua del mal y nuestros labios de hablar engaño, entonces podemos entrar en la plenitud del temor del Señor.

Pues del temor del Señor vienen la vida y muchos días para ver el bien (muchos días buenos). El temor del Señor, la vida, días buenos, y el correcto uso y control de nuestra lengua y nuestros labios están todos ligados. No podemos realmente tener vidas buenas si no controlamos nuestra lengua y nuestros labios. Proverbios 13:3 afirma:

“El que guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad”.

Su alma es toda su personalidad. Es el verdadero usted. Esta es el área donde la debilidad se manifestará primero y donde primeramente el enemigo logrará acceso. Si usted desea guardar su alma, debe guardar su boca. Pero si abre mucho sus labios, tendrá calamidad.

Las opciones son muy claras. Si controla la lengua, entonces tiene protección; pero si su lengua está fuera de control, y usted no es dueño de sus palabras, entonces el fin es calamidad. Eso está claro como el agua; no hay lados confusos.

Todo el libro de Proverbios está lleno de estos principios. Veamos Proverbios 21:23

“El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias”.

Una vez más, el área vital que usted debe proteger es su boca y su lengua. Y otra vez, las opciones están en blanco y negro, nada tienen de gris. Si usted guarda su boca y su lengua, entonces guarda su alma y su vida. Está seguro. Pero si deja de hacerlo, la alternativa es angustia. Dejar de guardar nuestros labios y nuestra lengua finalmente nos traerá angustias. Hay otros dos pasajes en el libro de Proverbios que tratan del uso de la lengua, y son muy importantes:

“La lengua apacible es árbol de vida, mas la perversidad de ella es
quebrantamiento de espíritu”. Proverbios 15:4

Donde la versión Reina Valera dice “lengua apacible”, el hebreo literal dice: “La sanidad de la lengua”. Esto claramente indica que nuestra lengua puede necesitar sanidad. La lengua es un área en la cual el pecado siempre se manifiesta, en cualquier persona. Hay algunas áreas en las que puede que un pecador no ofenda. Pero la lengua es un área en la que todo pecador ofende, y ella debe ser sanada.

“La sanidad de la lengua es árbol de vida”. Note una vez más la estrecha conexión entre la vida y el correcto uso de la lengua.
La alternativa es: “la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu”. La perversidad significa “el uso incorrecto”. El mal uso de la lengua es quebrantamiento para el espíritu.

Muchas personas son llenas por el Espíritu Santo, y bendecidas, pero todo se les escurre por sus bocas. Usted debe mantener un total dominio de su lengua si ha de retener la bendición del Señor. Una cosa es ser bendecido; pero otra es retener la bendición. La sanidad de la lengua es árbol de vida, que trae vida a nosotros y a otros. Obra interiormente y exteriormente.

“La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos”. Proverbios 18:21

Las opciones son siempre muy claras: es muerte o vida. Ambas están en poder de la lengua. Si usamos nuestra lengua correctamente, ella será un árbol de vida. Pero si la usamos inapropiadamente, entonces el resultado es muerte; y de cualquier modo que usemos nuestra lengua, podremos estar seguros de que vamos a comer el fruto.

Cada uno de nosotros come del fruto de su propia lengua. Si el fruto es dulce, comeremos fruto dulce; Si es amargo, nos alimentaremos de fruto amargo. Dios lo ha ordenado de esa manera.

La lengua es el miembro decisivo. La muerte y la vida están en poder de la lengua.

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